La Sofrología enfatiza el hecho de que la persona sea plenamente consciente y autónoma durante su entrenamiento. El sofrólogo enseña al usuario a ser él mismo el que practica y aplica las técnicas en su vida cotidiana. De esta manera el paciente participa activamente en el proceso de desarrollo personal y maduración, de tal manera que la responsabilidad terapéutica está en gran parte en sus propias manos. El sofrólogo guía a la persona para que sea ella misma la que practique y adapte el método a su vida diaria. Durante la práctica, la persona es plenamente consciente de todo el proceso.
En vista de lo que hemos explicado, podemos afirmar que la sofrología no tiene, como a veces se piensa, nada que ver con la hipnosis ya que en ésta el sujeto no es consciente de lo que el hipnotizador le dice. La persona que practica la sofrología tiene un alto grado de independencia terapéutica y de esta manera fortalece sus propios recursos.